24 jun 2013

Trenes de la muerte... Una vez más

Un nuevo crimen se produjo en las vías del Ferrocarril Sarmiento. Uno de los trenes que se dirigía a Castelar chocó contra otro que estaba detenido. Murieron tres personas y trescientas quince resultaron heridas, entre las cuales algunas sufrieron amputaciones y otras todavía están internadas. Y como siempre, la culpa de todo se la echaron a los maquinistas. Desde el primer instante y con el hecho recién ocurrido, cortaron el hilo por lo más delgado: un trabajador, y el gobierno, apostó como siempre al "yo no fui".

Ha pasado casi un año y medio de la masacre de la estación de Once y parece que lo sucedido no ha servido más que para reducir la cantidad de pasajeros, pero no alejó la posibilidad de morir en un simple viaje, ni se terminó con las concesiones a empresas privadas.

Señales que no funcionan, barreras que no bajan, frenos que fallan, cables fundidos, etc. Pruebas todas de que no se puede tapar el sol con la mano: el ferrocarril es un enorme negocio de unos pocos.

Al contrario, las 51 muertes de Once, brindaron más oportunidades de acrecentarlos. Como el caso de los dueños de Ferrovías y los de Metrovías (Romero y Roggio, respectivamente), quienes a raíz del choque se hicieron cargo mediante UGOMS con la condición de que el Estado pague todos los gastos: GANANCIA NETA. No fueron suficientes tampoco para que se vaya Cirigliano del Sarmiento, ya que el gobierno lo indemnizó por sus buenos años de servicio con el envío de trabajo a los talleres de EMFER, propiedad de ese grupo, que es escenario de conflicto con sus trabajadores en estos últimos tiempos. Etado y empresas, no conocen de límites tampoco a la hora de honrar compromisos entre ellos, recordemos que un testigo clave del choque en Once fue asesinado en enero de este año.

Los trabajadores venían denunciando estas fallas de los coches y del sistema ferroviario en general desde hace tiempo, pero así y todo los coches salían. Presentar notas informando que podría ocurrir un siniestro no alcanzó, ya que a UGOMS no le importó. ¿Y entonces? ¿Qué queda para hacer? ¿Que siga muriendo gente hasta que todo cambie?

No se puede dejar que estos criminales saquen trenes defectuosos, en defesa de la vida misma, los trabajadores deben evitar que esto suceda, de lo contrario, las vías y andenes seguirán manchadas de sangre, la gente seguirá muriendo en vano y nunca se acabará con todo esto.

Basta de muertes en el ferrocarril.

BASTA DE ROBARNOS Y MATARNOS A TODOS.

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